sábado, 30 de mayo de 2009
El sistema de la manipulación histórica: Ramiro Ledesma Ramos
Hoy vamos a analizar superficialmente algunas de las mentiras que se han contado y se siguen contando sobre Ramiro Ledesma Ramos, uno de los grandes teóricos nacionalsindicalistas, prácticamente desde su prematura muerte (como todos saben, asesinado junto a Ramiro de Maeztu a manos de un pelotón de fusilamiento ``republicano´´). Su delito fue querer una España mejor, como otros camaradas suyos como José Antonio Primo de Rivera, quien también corrió su misma suerte pocos meses antes.
Tras esta breve introducción, procedamos a ver algunos de los embustes que rodean a la figura de Ramiro.
“Ramiro Ledesma era un filonazi admirador de Hitler”
Esta es una de los famosos embustes que se han contado sobre Ramiro, y por supuesto, totalmente falso. Los discursos nacionalsindicalistas de Ramiro nunca hablaban de racismo ni de eugenesias. De hecho, el nacionalsindicalismo es antirracista.
Ramiro admiraba únicamente el carácter revolucionario del nacionalsocialismo, pero también del bolchevismo y del fascismo, mas no quería implantar ninguna de esas ideologías en España, simplemente le gustaba su carácter nacional y anticapitalista.
Vamos con otra trola:
“Ramiro Ledesma era admirador de Mussolini y quería implantar un fascismo españolizado”
Falso, y volvemos a lo anteriormente dicho: Ramiro admiraba del fascismo su naturaleza nacional y anticapitalista. De todas formas Ramiro repitió hasta la saciedad que el nacionalsindicalismo no era fascismo adaptado a España, sino una ideología diferente que tenía ciertos puntos en común con el régimen italiano (como también los tiene con el marxismo). De todas formas, en su “Discurso a las Juventudes de España”, Ramiro denota su decepción en cuanto al fascismo y lo critica por no haber derrocado el sistema capitalista y dejar de lado al proletariado, mientras que la burguesía seguía siendo la propietaria del poder, calificando al fascismo como “fracaso histórico”.
lunes, 25 de mayo de 2009
Ramiro Ledesma: un falangista auténtico
Además del cuarto centenario de la publicación del Ingenioso Hidalgo de la Mancha, se cumple este año 2005 el centenario de otro hidalgo quijotesco: Ramiro Ledesma Ramos, fundador de las JONS e indiscutible padre ideológico del nacionalsindicalismo.
No es época de exégesis ni la loa épica ni mucho menos la contemplación inerte de un pasado estéril en el presente, pero sí, por justicia, nos merece un momento de serena atención este centenario.
Ramiro Ledesma no fue un agitador, ni un propagandista, ni un teórico. Fue todo eso en una trepidante combinación que desdeñaba tanto el pensamiento yermo como la acción irreflexiva. A Ramiro le debemos la genialidad de ser el primero en definir un movimiento político que aún hoy en día cuenta con centenares de seguidores.
Quizá con gruesos brochazos, que otros perfilarían con pinceles finos y más suavemente, nos presentó la revolución española como la única solución a los problemas de la patria.
Durante los 40 años de dictadura franquista su perfil fue ensombrecido por la glorificación oficial que el régimen perpetró a José Antonio Primo de Rivera, su discípulo, camarada y amigo. Este silenciamiento y la feroz censura que sufrieron sus textos propició la fábula de una pretendida disputa doctrinal entre Ramiro y José Antonio.
Así Ramiro quedó desdibujado como un revolucionario vehemente mientras José Antonio encarnaba un perfil más moderado y derechista. No es verdad. Cuando Ramiro fue expulsado de Falange no se debió a razones ideológicas –que él nunca manifestó mientras estuvo en el seno del partido- sino a posicionamientos tácticos y, sobre todo a una cuestión de disciplina interna.
Tanto es así, que, según un veracísimo testimonio (nos referimos a Manuel Hedilla) a principios de 1936 el propio Ramiro manifestó su deseo de solicitar su reingreso en Falange.
De aquellos barros vinieron los lodos de presentarnos a Ramiro como el prototipo de un inexistente fascismo español (término que él mismo rechazó por considerarlo snob y capitidisminuido desde sus inicios en “La Gaceta Literaria” hasta la publicación de “¿Fascismo en España?”) y de ahí a hacer de Ramiro el reclamo de una corriente nacional-revolucionaria (es decir, neofascista) no se ha tardado mucho en saltar.
Precisamente uno de los riesgos que corre este centenario es la manipulación de Ramiro Ledesma hacia una pendiente pardi-negra que en nada se ajusta a la verdad y que es en esencia continuadora de la adulteración franquista; en la elaboración de ese discurso engañoso encontramos la calculadamente ambigua teoría de la “transversalidad” como caracterización de los ideales de Ramiro para justificar en la actualidad lo que constituye un ejercicio de saltimbalquismo que desprecia la esencia del ‘ramirismo’ y lo traduce en términos neo-nazis.
El sujeto de acción política para Ledesma no era “transversal”; estaba claramente definido en la clase obrera. Ramiro utiliza en todo momento un discurso de clase, se dirige constantemente al proletariado a quien llama a ocupar su destino como protagonista en la dirección de la res-pública.
Ramiro Ledesma se empeña constantemente en “nacionalizar” a la clase obrera y para ello no intenta detener una revolución que se auguraba inmediata en los años 30, sino alinearla hacia un patriotismo social.
Por ello, Ramiro muestra repetidamente su simpatía hacia la CNT, lamentándose del tutelaje que sobre los sindicatos impone la anarquista FAI y dirige sus esfuerzos a la vertebración de un movimiento sindicalista y revolucionario al mismo tiempo que patriótico, es decir, el nacionalsindicalismo.
Así Ramiro desdeña (no solo por la tosca emulación que suponía) el término “nacional-socialista”, porque ve en el socialismo una maquinaria interpuesta que impide a los trabajadores la conquista del estado y porque frente a eso, el sindicalismo se presenta como la opción genuinamente obrera para la emancipación social que, además, vincula directamente a la grandeza nacional.
En todo caso, el obrerismo de Ramiro es sincero y honesto, como lo es en el nacionalsindicalismo; no se trata de engañar a los trabajadores ni de asustar al capitalismo, se trata de desmontarlo, hacer una revolución profunda y auténtica y construir un nuevo estado, no marxista ni fascista, sino netamente obrero y, por supuesto, nacional.[i]
Dejemos que nos lo explique, para aclarar cualquier duda el propio Ramiro: “En las luchas contra el imperialismo económico extranjero, por la industrialización nacional, por la justicia en los campos, contra el parasitismo de los grandes rentistas, etc la posición que conviene a los trabajadores es la posición misma del interés nacional”[ii].
Es quizá en este sentido donde encontramos la verdadera diferencia entre Ramiro y José Antonio, este más personalista y aquél más colectivista, pero sin duda esta discrepancia no afectaba en absoluto a los objetivos que en común ambos se marcaron.
Ramiro Ledesma fue, ante todo un intelectual ampliamente interesado por la realidad sociopolítica internacional del momento y, en sus escritos encontramos una intensa necesidad de descubrir y describir todo aquello que cuestionase el modelo liberal/parlamentario del momento. Este interés por los fenómenos contemporáneos de su época, no justifica en absoluto su identidad como fascista, nazi o “nacional-bolchevique” como algunos (desde la izquierda a la derecha) han llegado a proponer.
Precisamente las fuentes ideológicas que nutren el discurso de Ledesma nada tienen de fascista. Desde Sorell y su sindicalismo revolucionario, pasando por Proudhon y, desde luego su afinidad con los treintistas de Ángel Pestaña descartan cualquier veleidad fascistizante. Eso sí, Ledesma filtra la concepción sindicalista más pura señalando la necesidad de una estructura estatal fuerte para consolidar las conquistas sociales.
La originalidad de Ramiro lo sitúa en todo caso como precursor de las corrientes autogestionarias de los años 70 si bien con un altísimo sentido de la hispanidad, sin duda extrapolable a otros ámbitos y realidades, y, desde luego constituye una base inédita sobre la que edificar un modelo social inédito hasta nuestras fechas y pleno de amplias posibilidades.
Ramiro Ledesma Ramos, incluso tras su alejamiento del partido y su desistimiento de refundarlo, actúa y escribe en clave nacionalsindicalista, es decir, en falangista que es cómo finalmente quedó denominado su pensamiento, y es su falangismo auténtico y revolucionario el que debe quedar nítidamente claro en este centenario.
“Nada más se nos ocurre. Los alambristas en los circos también descansan”[iii]
Jesús Paniagua
[i] En esto, Ramiro coincide, insólitamente con V.I Lenin quien en su ‘Proyecto y Explicación del Partido Socialdemócrata’ (San Petersburgo 1895) afirma: “La tarea del partido consiste, no en inventar procedimientos novedosos para ayudar a los obreros, sino en adherir a su movimiento y llevarle ideas esclarecedoras, en ayudar a los obreros en la lucha que han iniciado. El partido debe defender los intereses de los obreros, representar los de todo el movimiento obrero”. Sin duda la simpatía hacia la estructura de los soviets manifestada por Ledesma en reiteradas ocasiones viene de estos posicionamientos estratégicos respecto a lo que pretendía para el movimiento nacionalsindicalista.
[ii] “Discurso a las Juventudes de España”
[iii] “La Patria Libre” marzo de 1935.
domingo, 24 de mayo de 2009
El Nacionalsindicalismo
El Nacionalsindicalismo
El Nacionalsindicalismo es un movimiento político nacido en 1931 alrededor del semanario “La Conquista del Estado” y las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista), que se fundarían poco después. Pero no sería hasta su fusión con La Falange en 1934 y bajo el liderazgo de Jose Antonio que se convertiría un movimiento revolucionario política e ideológicamente capaz.
Del mismo modo que el Fascismo es un movimiento típicamente italiano y el Nacionalsocialismo un movimiento típicamente alemán, el Nacionalsindicalismo es un movimiento propiamente español. Este movimiento tuvo desde un principio marcadas influencias de la generación del 98 (Ortega y Gasset, Ramiro de Maetzu, etc. ), del Fascismo italiano y en menor medida del Nacionalsocialismo alemán, del Marxismo y de autores como Oswald Spengler o Kipling, a los que Jose Antonio respetaba y admiraba.
El ideario del Nacionalsindicalismo se puede resumir en las palabras “Patria, Pan y Justicia”, las cuales son una reivindicación de patriotismo, pero tambien y a la vez una exigencia contra la desigualdad y la injusticia que sufren los más necesitados. En el Nacionalsindicalismo se busca la superación de las diferencias de clase mediante la colaboración conjunta de las diferentes capas de la sociedad en un proyecto común: la Patria. El engrandecimiento y la mejora de la Patria debe repercutir de forma beneficiosa en cada uno de los hombres y mujeres que la componen, las desigualdades deben quedar superadas ante ella. Para el pensamiento falangista, no debe haber ni ricos ni pobres, ni proletarios ni burgueses, sino sólo españoles.
Con este fin, el Nacionalsindicalismo apostó por una revolución nacional que superara tanto a los partidos de la derecha (CEDA) como de la izquierda (socialistas), pues su alternativa estaba por encima de ambas, era una superación de las mismas que apostaba por un nuevo sistema económico, social y político.
La forma de organización del Estado que la Falange buscaba tras una eventual revolución nacional, era el Sindicato Vertical – un sistema por el cual se organizaría una democracia participativa (o democracia directa) que permitiría a los españoles decidir a partir de la Familia, el Municipio y el Puesto de Trabajo o Gremio. De este modo, se apostaba por una forma de democracia encaminada a superar la democracia partidista y parlamentaria.
Dentro de la lógica del principio nacionalsindicalista de igualdad ante la Patria, se consideraba también a la monarquía como algo superfluo y abogó por una República Nacional.
En la religión, el Nacionalsindicalismo es el movimiento de tercera vía de corte más católico, aunque siempre defendiendo la separación entre el Estado y la Iglesia.
Para terminar, en la política exterior el nacionalsindicalismo defendía una idea de hispanidad según la cual España debía mirar hacia Hispanoamérica y todos los territorios antiguamente españoles con la esperanza de reinstarurar la idea del Imperio, perdida en 1898 a raiz de la traicionera invasión norteamericana de Cuba y Filipinas.
Los 27 puntos de Falange
NACIÓN. UNIDAD. IMPERIO
1. Creemos en la suprema realidad de España. Fortalecerla, elevarla y engrandecerla es la apremiante tarea colectiva de todos los españoles. A la realización de esta tarea habrán de plegarse inexorablemente los intereses de los individuos, de los grupos y de las clases.
2. España es una unidad de destino en lo universal. Toda conspiración contra esa unidad es repulsiva. Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos.
La Constitución vigente, en cuanto incita a las disgregaciones, atenta contra la unidad de destino de España. Por eso exigimos su anulación fulminante.
3. Tenemos voluntad de Imperio. Afirmamos que la plenitud histórica de España es el Imperio. Reclamamos para España un puesto preeminente en Europa. No soportamos ni el aislamiento internacional ni la mediatización extranjera.
Respecto de los países de Hispanoamérica, tendemos a la unificación de cultura, de intereses económicos y de Poder. España alega su eje espiritual del mundo hispánico como título de preeminencia en las empresas universales.
4. Nuestras fuerzas armadas—en la tierra, en el mar y en el aire—habrán de ser tan capaces y numerosas como sea preciso para asegurar a España en todo instante la completa independencia y la jerarquía mundial que le corresponde. Devolveremos al Ejército de Tierra, Mar y Aire toda la
dignidad pública que merece y haremos, a su imagen, que un sentido militar de la vida informe toda la existencia española.
5. España volverá a buscar su gloria y su riqueza por las rutas del mar. España ha de aspirar a ser una gran potencia marítima, para el peligro y para el comercio.
Exigimos para la Patria igual jerarquía en las flotas y en los rumbos del aire.
ESTADO. INDIVIDUO. LIBERTAD
6. Nuestro Estado será un instrumento totalitario al servicio de la integridad patria. Todos los españoles participarán en él a través de su función familiar, municipal y sindical. Nadie participará a través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema inorgánico,
representación por bandos en lucha y Parlamento del tipo conocido.
7. La dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e intangibles.
Pero sólo es de veras libre quien forma parte de una nación fuerte y libre. A nadie le será lícito usar su libertad contra la unión, la fortaleza y la libertad de la Patria. Una disciplina rigurosa impedirá todo intento dirigido a envenenar, a desunir a los españoles o a moverlos contra el destino de la Patria.
8. El Estado Nacionalsindicalista permitirá toda iniciativa privada compatible con el interés colectivo, y aun protegerá y estimulará las beneficiosas.
ECONOMÍA. TRABAJO. LUCHA DE CLASES
9. Concebimos a España, en lo económico, como un gigantesco sindicato de productores. Organizaremos corporativamente a la sociedad española mediante un sistema de sindicatos verticales por ramas de la producción, al servicio de la integridad económica nacional.
10. Repudiamos el sistema capitalista, que se desentiende de las necesidades populares, deshumaniza la propiedad privada y aglomera a los trabajadores en masas informes, propicias a la miseria y a la desesperación. Nuestro sentido espiritual repudia también el marxismo. Orientaremos el ímpetu de las clases laboriosas, hoy descarriladas por el marxismo, en el sentido de exigir su
participación directa en la gran tarea del Estado nacional.
11. El Estado Nacionalsindicalista no se inhibirá cruelmente de las luchas económicas entre hombre, ni asistirá impasible a la dominación de la clase más débil por la más fuerte. Nuestro régimen hará radicalmente imposible la lucha de clase, por cuanto todos los que cooperan a la producción constituyen en él una totalidad orgánica. Reprobamos e impediremos a toda costa los abusos de un interés parcial sobre otro y la anarquía en el régimen del trabajo.
12. La riqueza tiene como primer destino—y así lo afirmará nuestro Estado—mejorar las condiciones de vida de cuantos integran el pueblo. No es tolerable que masas enormes vivan miserablemente mientras unos cuantos disfrutan de todos los lujos.
13. El Estado reconocerá la propiedad privada como medio lícito para el cumplimiento de los fines individuales, familiares y sociales, y la protegerá contra los abusos del gran capital financiero, de los especuladores y de los prestamistas.
14. Defendemos la tendencia a la nacionalización del servicio de Banca y, mediante las corporaciones, a la de los grandes servicios públicos.
15. Todos los españoles tienen derecho al trabajo. Las entidades públicas sostendrán necesariamente a quienes se hallen en paro forzoso. Mientras se llega a la nueva estructura total, mantendremos e
intensificaremos todas las ventajas proporcionadas al obrero por las vigentes leyes sociales.
16. Todos los españoles no impedidos tienen el deber del trabajo. El Estado Nacionalsindicalista no tributará la menor consideración a los que no cumplen función alguna y aspiran a vivir como convidados a costa del esfuerzo de los demás.
TIERRA
17. Hay que elevar a todo trance el nivel de vida del campo, vivero permanente de España. Para ello adquirimos el compromiso de llevar a cabo sin contemplaciones la reforma económica y la reforma social de la agricultura.
18. Enriqueceremos la producción agrícola (Reforma económica) por los medios siguientes:
Asegurando a todos los productores de la tierra un precio mínimo remunerador.
Exigiendo que se devuelva al campo, para dotarlo suficientemente, gran parte de lo que hoy absorbe la ciudad en pago de sus servicios intelectuales y comerciales.
Organizando un verdadero crédito agrícola, que, al prestar dinero al labrador a bajo interés, con la garantía de sus bienes y de sus cosechas, le redima de la usura y del caciquismo.
Difundiendo la enseñanza agrícola y pecuaria.
Ordenando la dedicación de las tierras por razón de sus condiciones y de la posible colocación de los productos.
Orientando la política arancelaria en sentido protector de la agricultura y de la ganadería.
Acelerando las obras hidráulicas.
Racionalizando las unidades de cultivo, para suprimir tanto los latifundios desperdiciados como los minifundios antieconómicos por su exiguo rendimiento.
19. Organizaremos socialmente la agricultura por los medios siguientes:
Distribuyendo de nuevo la tierra cultivable para instituir la propiedad familiar y estimular enérgicamente la sindicación de labradores.
Rendimiento de la miseria en que viven a las masas humanas, que hoy se extenúan en arañar suelos estériles, y que serán trasladadas a las nuevas tierras cultivables..
20. Emprenderemos una campaña infatigable de repoblación ganadera y forestal, sancionando con severas medidas a quienes la entorpezcan e incluso acudiendo a la forzosa movilización temporal de toda la juventud española para esta histórica tarea de reconstruir la riqueza patria.
21. El Estado podrá expropiar sin indemnización las tierras cuya propiedad haya sido adquirida o disfrutada ilegalmente.
22. Será designio preferente del Estado Nacionalsindicalista la reconstrucción de los patrimonios comunales de los pueblos.
EDUCACIÓN NACIONAL. RELIGIÓN
23. Es misión esencialmente del Estado, mediante una disciplina rigurosa de la educación, conseguir un espíritu nacional fuerte y unido e instalar en el alma de las futuras generaciones la alegría y el orgullo de la Patria. Todos los hombres recibirán una educación premilitar que les prepare para el honor de incorporarse al Ejército nacional y popular de España.
24. La cultura se organizará en forma que no malogre ningún talento por falta de medios económicos. Todos los que lo merezcan tendrán fácil acceso incluso a los estudios superiores.
25. Nuestro Movimiento incorpora el sentido católico—de gloriosa tradición y predominante en España a la reconstrucción nacional.
La Iglesia y el Estado concordarán sus facultades respectivas, sin que se admita intromisión o actividad alguna que menoscabe la dignidad del Estado o la integridad nacional.
REVOLUCIÓN NACIONAL
26. Falange Española de las J.O.N.S. quiere un orden nuevo, enunciado en los anteriores principios. Para implantarlo, en pugna con la resistencia del orden vigente, aspira a la revolución nacional.
Su estilo preferirá lo directo, ardiente y combativo. La vida es milicia y ha de vivirse con espíritu acendrado de servicio y de sacrificio.
27. Nos afanaremos por triunfar en la lucha con sólo las fuerzas sujetas a nuestra disciplina.
Pactaremos muy poco. Sólo en el empuje final por la conquista del Estado gestionará el mando las colaboraciones necesarias, siempre que esté asegurado nuestro predominio.
Programa electoral de F.E. de las J.O.N.S. para las elecciones europeas
Pese a las trabas administrativas impuestas para la presentación de candidaturas, FE JONS ha formalizado hoy la presentación de su lista a la cámara europea.
Una vez más y a pesar de los mecanismos antidemocráticos por los que se rigen los procesos elecctorales, las elecciones nos ofrecen una oportunidad de dar a conocer nuestras propuestas.
La crítica al modelo de integración que supone la Unión Europea; la defensa de la soberanía nacional española; la superación del
modelo económico liberal; la
recuperación de los valores tradicionales y el impulso de la solidaridad europea con la América hispana serán los temas sobre los que Falange Española centrará su campaña.
Con nuestra candidatura, esperamos arrojar algo de luz al sombrío panorama que la crísis económica dibuja sobre Europa y España.
miércoles, 13 de mayo de 2009
Sanidad busca confundir a la sociedad ocultando los riesgos de la PDD
REDACCIÓN HO.- La Fundación Vida sale al paso de la decisión gubernamental expuesta por las ministras de Sanidad, Trinidad Jiménez, y de Igualdad, Bibiana Aído, de que las farmacias expendan sin receta ni límite de edad la denominada Píldora del Día Después (PDD). Sostiene que tal medida "busca confundir a la sociedad", y lo argumenta por los siguientes motivos:
1.- El Gobierno miente al promocionar la PDD como un fármaco anticonceptivo, puesto que se trata de un producto abortivo. Lo que hace es evitar la anidación, que el cigoto se implante en el útero, pero ya ha tenido lugar la concepción y, por tanto, ya existe vida humana, un ser humano con un ADN singular.
2.- Sanidad ha reconocido que no puede abusarse de su consumo, pero no ha propuesto medidas para evitar que este abuso se produzca. Cualquier joven podrá consumir una vez por semana la píldora, porque no habrá nadie que la supervise y se preocupe por su salud. Estamos ante un choque hormonal y puede provocar graves desajustes hormonales, algo que no escuchamos a la ministra. Tampoco se ha previsto que esta iniciativa provoque un aumento erróneo de su consumo como anticonceptivo, y se descuiden las enfermedades de transmisión sexual, que se han incrementado donde se ha legalizado la PDD.
3.- Se confunde a los españoles porque la tragedia del aborto no se soluciona con esta medida populista. Es necesario un cambio en la educación sexual, hablar a los jóvenes de la responsabilidad, no sólo de que se tiene derecho a todo, por encima de quien sea, incluso de un hijo no nacido. Con la ingesta de la píldora se sume a las madres en la incertidumbre de si habrán acabado con la vida de su hijo.
4.- No se ha dicho que, de 28 días de ciclo menstrual, en 25, la píldora sólo daña el hígado, no muere nadie porque no hay nadie y sólo gana la industria farmacéutica. En otros dos días, es únicamente abortiva, si ha habido fecundación. Tampoco se ha recordado que el esperma aguanta tres días vivo, por lo que si se toma el día antes de la ovulación, puede retrasarse la ovulación, pero no puede asegurarse si finalmente se produce ésta y la fecundación, luego de nuevo es un aborto y no una no concepción.
5.-Por ello, denunciamos que estamos ante una medida de camuflaje de cifras. Es posible que desciendan el número de abortos clínicos declarados y el número de intervenciones, pero la tragedia del aborto no se limita exclusivamente a las madres que pasan por un quirófano, sino más bien por la falta de recursos, de conocimientos, o de responsabilidad, o por el exceso de promiscuidad, miedo social o egoísmo que llevan a una madre a rechazar lo más suyo, su hijo.